Según el autor, Cory Asbury: "Cuando uso la frase 'el amor temerario de Dios', no estoy diciendo que Dios sea temerario en Sí mismo. Digo, sin embargo, que Su manera de amar sí lo es en muchos aspectos. Su amor llevó al cielo a la bancarrota por ti. Su amor no se considera a Sí mismo por delante. Su amor no es egoísta. Él no se cuestiona qué ganará o perderá al ponerse ahí. Él simplemente se entrega a Sí mismo con la remota posibilidad de que alguno de nosotros pueda mirar atrás hacia Él y ofrecernos a nosotros mismos a cambio. La temeridad de su amor se ve más claramente en esto (le hace daño una y otra vez). No nos equivoquemos, nuestro pecado hace daño a su corazón. Sin embargo, Él se abre y nos acepta en todo momento. Su amor te vio cuando lo odiabas (cuando toda la lógica indicaba 'Me rechazarán', Él dijo 'Me da igual si eso me mata, estoy arriesgando mi corazón')".