Puesta de sol. La tarde cae
encima del campo llano y abierto.
El huerto está más tierno y más verde.
El campesino aún trabaja.
El reflejo de un riachuelo.
El niño vuelve con la lechona
y la niña con la ternera
por el pacífico sendero.
La noria se queja, cansada,
y en el lavadero cae el chorro
con un alegre ruído
que llena la hora callada.
La era con los dorados pajares,
la casa cúbica y blanca,
los maizales de la valla
y el rincón de los naranjos.
La hortelana dispone,
bajo la parra, el frescor
del arómatico melón
y la sandía verde y rosa.
La noria se queja, cansada,
y en el lavadero cae el chorro
con un alegre ruído
que llena la hora callada.